sábado, 5 de noviembre de 2011

Tú de Marte, yo de Venus

Me gustan las estrellas. Pienso que son poderosas, tan sabias, tan superiores a nosotros. Simplemente están ahí y aparecen por las noches. Se dedican a observar a algunos que otra noche más aún se siguen enamorando y como otros se dedican a lloran. Como algunos idiotas se hacen más daño a ellos mismo que el que le hacen otras personas, pero quizá es que no comprendan que algunos orgullosos preferimos hacernos daño antes de que nos lo hagan, y hacernos los fuertes. Se clavan al cielo para que ese pensador que se tumba a mirarlas sepa que no está solo. Que se convierten en fugaces cuando necesitamos recordar lo que era tener esperanzas y sueños. Que brillan siempre, con su luz propia, como nosotros necesitamos hacer siempre, y que se unen entre ellas para crear cosas preciosas, como humanos que necesitamos a otras personas, pero la diferencia es que entre ellas no se hacen daño ni se traicionan. Nunca fallan, siempre salen, no son fáciles de conocer, a veces tienes que ir más alto para verlas en todo su esplendor y son pequeñitas para nosotros, pero en realidad son tan grandes.
Y sobre todo me gustan porque unen a las personas, nos unen a nosotros, a nosotros dos, porque sé que donde quiera que estés, cuando mire al cielo, tú verás lo mismo, el mismo cielo decorado con estrellas que nos cubría cuando nos pasábamos tiempo juntos y comencé a hacerte parte de mi vida tiempo atrás.

-A.

1 comentario:

  1. Me encanta esta entrada y comparto tu opinión sobre las estrellas. Te seguiré, un besito y que tengas un buen final de fin de semana :)

    ResponderEliminar

Significa mucho para mí que tomes tiempo para leer el blog, muchoselefantesdelasuerte para ti