viernes, 24 de junio de 2011

Estimada soñadora:


Tú que vas caminando por las calles con seguridad en ti misma y valentía, viviendo el videoclip de la canción reproducida por el único auricular que te pones, cuando en realidad tiemblas cuando se hace de noche. Tú que vas con aires de fuerte en realidad siendo más frágil que una copa de cristal en el filo de la mesa. Tú que vas de sincera siendo la primera que se miente a sí misma. Tú que vas de independiente pero sabes que necesitas que alguien te necesite y tú que sonríes para parecer más feliz. Mi pregunta es, ¿vives interpretando un papel?

-A.

Querido tú:

Sabes, siempre digo sabes cuando tengo algo que decir, sabes... No sé si te habías dado cuenta. 
Quizá no. 
No sé, es todo tan distinto desde que estoy contigo. 
Me siento tan distinta
Haces que me contradiga 
y haga cosas que nunca pensé que haría. 
Y me haces pensar distinto.
Pero tranquilo, no es malo
No es nada malo. 
Es más bien que contigo consigo ser impulsiva y hacer las cosas sin pensar porque de una extraña manera confío en ti y en lo que hagas. 

Y adoro cuando me miras y sonríes sin ninguna razón. 
Cuando me miras con la cara de 'estoy pensando en las muchas razones por las que estoy enamorado de ti' y te pillo mirándome y tan solo sonríes y me sigues mirando. 
Y yo no sé si notas que me sonrojo, pero me gusta la razón por la que me sacas los colores
Y me gusta cuando buscas razones estúpidas para abrazarme y yo pensaré si tú realmente sabes que yo sé que tan solo quieres uno de mis abrazos jaja. 
Y adoro como sale la ventanita con tu foto y el iconito verde con un uno y le sonrío a la pantalla del ordenador y me gusta como me dices 'te quiero' sin más y te vas.
 
Y eso, querido tú, no te olvides de mí y ni me dejes de dedicar tus miradas de 'estoy enamorado' por favor, para yo poder devolverte la sonrisa de 'me encantas'.

 
-A.

domingo, 19 de junio de 2011

Palabras que suenan a locura

Sabes, como cualquier chico las cursiladas siempre me han parecido gilipolleces. 
Y sí, con mis aproximados siete años, como cualquier niño, fingía una cara de asco cuando una chica me daba un beso y me quedaba inmóvil cuando me daba un abrazo
También me reía de lo cursis e ilusas que eran, y de lo frágiles que eran, con sus corazones de cristal que, con la facilidad que tenían para enamorarse, cualquiera lo podría romper.
Y sí, hace mucho tiempo que deje de tener que fingir esa cara de asco a admitir que me encantaba cuando me besaban la mejilla y a adorar dar abrazos.
Y sí, hace tiempo que las chicas son lo que más me pasan por la cabeza, aunque me agrada saber que miles de adolescentes más me acompañan con esta revolución de hormonas.
Pero ¿sabes otra cosa? Sí, hace tiempo que solo pasa una chica por mi cabeza y hace tiempo que solo me apetece que ella me dé el beso en el cachete de despedida. 
Sí, hace tiempo que pienso que las palabras han perdido significado y que las cursiladas siguen siendo eso, cursiladas. Pero ¿sabes más cosas?  
Las cursiladas dejaron de ser tan 'cursiladas' desde que las sentí. 
Que eso, sé que las palabras ya no significan mucho, pero espero que me creas, aunque no me salen las palabras correctas (que espero que me perdones, porque nunca me salen, pero haré lo que pueda). 

Quiero que hagamos un trato; cásate conmigo
Sé que no nos conocemos mucho pero te llevo esperando desde hace mucho tiempo, por no decirte toda mi vida. Desde hace dos años, cinco meses y dieciocho días llevo viéndote subir en esta parada de autobús de lunes a viernes, todos los días con un peinado distinto y yo admirando la sonrisa que le dedicas al chofer cada mañana al subir. Sé que eres una persona estupenda, con tan solo ver tus pequeños gestos (como le ofreces tu asiento a la viejita que viene los jueves con la compra) y como los días que te cuesta sacar una sonrisa, te pones a mirar por la ventana y evadirte en tu música para que nadie note la ausencia del brillo ese de tus ojos que destaca cuando sonríes de verdad. 
Sí, se que sonará a loco obsesionado, pero soy ese tío que se sienta siempre delante de la puerta de la guagua con los cascos y la música al tope. 
Y bueno, no, no me conoces mucho, quizá ni te has percatado de mi presencia, pero yo a ti sí. He analizado todo tus distintos tipos de sonrisas y tus gustos para las colonias. He notado que tu color favorito es el turquesa y que tarareas las canciones que estás escuchando sin darte cuenta. 
Y solo te pido que te cases conmigo, creo que te he dado a entender que soy una persona que cada vez que te mira no puede remediar pensar en las mil razones de por qué le gustas y yo a cambio te prometo que no dejaré que se vaya el brillo de tus ojos. 
Que no habrá ni un día en el que no te haga sonreír y que no te de todos los abrazos y besos que necesites.
Que te buscaré rosas turquesas por todo el mundo si hace falta eso para encontrarlas y que te diré todos los días lo preciosa que estás, peines como te peines. 
Solo cásate conmigo, y te prometo que estas palabras que significan algo y que te diré todas las cursiladas que quieras oír, porque me pones fácil que me salgan.
Y bueno, entiendo si la respuesta es no, pero te seguiré pidiendo que me dejes ver esa sonrisa, aunque sea dedicada al chofer, pero no la dejes de enseñar, no sabes a que otro chico podrás enamorar de esta loca platónica manera...
-A.

sábado, 11 de junio de 2011

Interpretar un papel sin voz


I can think of hundreds of reasons about why do I miss you. 
And I wonder, do you have hundred and one reasons? 
I mean, do you even have one reason? 
Do you ever sit by yourself and say: dude, I miss her?
Do you ever go around and see couples and think: gosh, I wish she was here? 
Do you ever have time to think about me, do I even have a space in your heart, 
but not necessarily now, 
but ever
did I?  
Did I mean something
to you...
-A.

martes, 7 de junio de 2011

Sorprendente verdad


En realidad no me di cuenta hasta el momento en el que me tumbe en mi cama, mirando al techo, a nada, aunque en realidad no se qué es realmente nada, y me hice preguntas existenciales.
En realidad nunca había querido pararme a pensarlo y percatarme. La verdad es que, ya sabes, me va eso de mentirme a mí misma, quizá así ciertas cosas hacen menos daño.
Pero el caso es que no me había parado a pensar en ti. 
No me había parado a pensar en como adoro como me quitas el pelo de cara con una suave caricia. 
En la forma en la que me comes con la mirada,
y como adoro cuando me miras y te devuelvo la mirada y sonríes sin razón alguna. 
Me encanta como me tapas los ojos y me pensaré quién eres a pesar de que sé que serás tú, 
y como te pones mis brazos en tus hombros mientras miras mis labios 
y hablamos con una limitada distancia que casi rozan nuestros labios.
Me gusta cuando hablaremos de cualquier cosa y siempre son interesantes 
y como sé que tú también estarás pensando en mí.
Y no, no quería pensarlo, pero es que lo sé. 
Sé que esas son las cosas que me gustan de ti, y que si te vas, las echaré de menos. 
Así que sí, podría hacerte una lista con todas las cosas que me gusta que hagas, pero tú no las dejes de hacer, ahora que me he parado a pensar.

-A.

Querido diario:


¿Sabes esa extraña pero incómoda sensación de tener un nudo en la garganta, que te viene así de repente y sabes que solo hay una manera de quitarlo? Pero no quiero hacerlo. No quiero llorar. Pero cada vez el nudo se aprieta más, y te cuesta tragar, y no entiendes por qué te ocurre esto.

Pues bueno, solo quería saber si a alguien le ocurría lo mismo que a mí. Últimamente ya no sientes que alguien te consiga entender, en realidad, ni tú mismo.

-A.