miércoles, 30 de mayo de 2012

I know plenty of people with eyes closed


¿Sabes qué? Me he comprado un cepillo de dientes eléctrico. Pero he descubierto que ha sido un malgasto de dinero ya que solo me gusta el impertinente sonido cuando viene de ti mientras te lavas los dientes a la última hora de la noche y te paseas sin camiseta con ese ruidazo por toda la casa. Bueno, no he llamado a casa de tu madre porque siempre he sabido que no le caigo muy bien, y tampoco quiero llamarte al móvil, sabes que no me va eso de tragarme el orgullo. Aunque sé que por ti estaría dispuesta a hacerlo.
Han pasado ya casi cuatro meses, procuro no llevar la cuenta. Si no se hace eterno. Y duele.
Fue mi culpa, ¿verdad? Tan solo te pido una jodida explicación, ¿podrías? Me gustaba cuando yo tendría miedo de que dejases de verme con los ojos que me veías y te dieses cuenta de que hay miles de chicas mejores que yo, y tú rápidamente serías capaz de quitarme cualquier miedo a que pudieses dejar de quererme. Ahora sé que habrás dejado de pensar lo mismo, que ya no me mirarás ni pensarás en mí constantemente, y también duele. Pipo se pasa el día en su camita. Creo que lo lleva mucho peor que yo aunque pensaba que eso era difícil jaja. Sabes que me las puedo apañar sin ti, soy una tía fuerte, al menos eso creía.
Por favor, si no vas a volver dímelo, porque si algo duele más que esperarte es esperarte si no vas a venir.
-A.

sábado, 12 de mayo de 2012

There's nothing like you and I


Te has marchado de casa. Solo se nota la diferencia porque no oigo el sonido de tu cepillo de dientes eléctrico por las noches al que me había acostumbrado y ya no tengo que fregar dos tasas para el desayuno. Ahora elijo yo la película de los domingos y no tengo que tragarme el fútbol. Tampoco tengo que hablar con tu madre por cortesía ni hacer un horario para ver cuándo cocina quién o quién saca la basura. Pipo te echa más de menos que yo; es que yo a veces me olvido de reponerle la comida y tampoco lo saco todos los días a pasear, suelo estar muy cansada. Y muy baja de ánimos, aunque no quería que lo supieses. También tengo la cama toda para mí. ¿Sabes lo genial que es eso? Ya no tengo que discutir con nadie por quitarle la manta. Tampoco tengo que limpiar el polvo cada dos días porque ya no hay nadie con alergia a los ácaros en casa y ya no tengo que poner tantas coladas a la semana. También el bus para ir a la uni sale más barata, ya no tengo que comprar dos bonos, aunque solo nos quedaba un curso.
Joder, ¿cuándo vas a volver? Echo de menos ese maldito cepillo de dientes y mirarte mientras gritas gol porque ha marcado el Madrid. Me gusta que elijas tú la peli y me encanta que me sorprendas los días impares del mes a la hora de comer al no decirme a priori que vas a cocinar. Echo de menos reírme de ti cuando bajas en zapatillas de casa a tirar la basura y sobre todo que me quites la manta. Porque te echo de menos en mi cama. Echo de menos como me das un beso en la frente a la una de la mañana cuando crees que estoy dormida y que me pongas el brazo por encima porque tengo frío y que te dé igual que siempre lleve calcetines. Echo de menos sentirme bien porque es que eres el único que lo consigue. Pero no hace falta que vuelvas. Yo no soy la que te necesita. Pero Pipo sí. ¿Qué te parece si vienes a hacerle una visita esta semana? Creo que siente la casa vacía sin ti. Juega con él un rato, y quédate el resto de la semana. Y del mes. Y del año. Y duerme en mi cama. Y lávate los dientes en mi baño. Y siéntate conmigo en el sofá para ver la tele los domingos. No hace falta que sea por mí, piensa que es solo para que estés cerca de Pipo. Intenta parecer un bóxer fuerte pero no puede. Ya sabes, te necesita y eso...
-A.

You are the only one that wants me around


Sabes, he estado recapacitando en una de estas noches en las que no puedes dormir y te quedas mirando al techo. Últimamente tengo muchas de esas. Demasiadas.
Quería pedirte perdón. Sé que soy una egoísta. Siento utilizarte porque me siento sola. De veras. Lo siento. Solo buscaba sentirme un poco llena y no pensaba en que te retengo y puedo hacerte daño. Aunque me lo hago sobre todo a mí misma. Pero es que me encanta cuando me quitas el pelo de la cara, cuando me coges la mano, o me agarras por la cintura, esas pocas veces que me abrazas por detrás. Me encanta todo. Y yo, yo es que me siento sola. Y tú me haces sentir tan bien. Y echo de menos cuando tú estabas sentado, yo caminaba hacia ti metiéndome entre tus piernas, y tú te acercarías a mis labios, y pondríamos frente con frente. Y yo te besaría la nariz. Y tú sonreirías, y yo besaría tu sonrisa.
Bueno, que eso, que perdón. No es lo que parece, yo solo quiero sentirme bien. Y que te pida perdón no significa que vaya a dejar de hacerlo, porque es que no puedo. Todavía no. Dame tiempo. Ni te darás cuenta de cuando me haya ido.
-A.