sábado, 30 de abril de 2011
No puede llover eternamente
viernes, 29 de abril de 2011
La mejor cura
martes, 26 de abril de 2011
La pregunta del millón
Y soy esa chica que le encanta encender la radio, y que la emisora clave la canción; la canción perfecta para el momento, tanto como un día feliz y soleado o triste y lluvioso.
Siempre serás la persona que hizo que me pusiese nerviosa cada vez que te veía y tuviese una especie de Parkinson cada vez que me hablaba. La primera persona en besarme y la primera persona en arañarme el corazón. Serás aquel chico que era todo lo contrario de lo conveniente para mí y lo adoraba. Eres y serás eso.
Y yo, ¿yo qué soy para ti, una chica más, otra ilusa que se creía especial, otra inocente y creyente de tus mentiras? Dime, qué soy...
miércoles, 13 de abril de 2011
Pura energía
Hay veces en las que se cierro los ojos y me esmero en olvidarme de todo.
Es entonces cuando tu imagen se apodera de mis pensamientos haciendo imposible el objetivo. Me esfuerzo en hacerla desaparecer, inútilmente, en vano…
miércoles, 6 de abril de 2011
Cavilando
Quizá sí te eche un poco de menos.
Quizá no de la misma manera, o quizá sí sea de esa manera y no quiera asumirlo, pero porque simplemente te echo de menos.
Porque si tú no estás, nadie me abrazará bajo un cielo estrellado.
Porque nadie me ofrecerá la chaqueta más un dulce beso al bajar el sol.
Porque nadie me mirará con la misma mirada repleta de candidez, que me hacía sentir un repentino deseo de besaste y adorarte, quedarme todo la velada, incluso más, junto a ti.
Esa mirada que enamoraba, y yo, efectivamente, te la devolvía con ojos rebosantes de amor y ternura.
Y a nadie le podré mostrar esta sonrisa franca, sin actuaciones, que a ti siempre te dedicaba.
Por eso, quizá porque tengo demasiadas sonrisas de esas guardadas.
Para regalarte.
Para ti.
Para cuando recuerdes que estoy aquí.
-A.Estrellas de papel
Y es curioso saber que siempre tendremos un testigo que estuvo en esas noches que vivimos.
Quizás no hable, pero lo vio todo.
Pequeñita pero brillando con luz propia, como debe ser, sin sentir sombra de la luna ni de otras estrellas. Orgullosa de iluminar también el cielo de la noche.
Y seguramente no hayas notado como dos personitas menos salen a contemplarte, tumbados en la arena de una playa solitaria.
Pero yo te sigo contemplado. En el mismo lugar, a la misma hora, solo que no de la misma forma. Ahora te miro como si fueses lo único que queda de unos momentos entrañables.
Porque tal vez sí que seas lo único, apartando memorias y sueños que ya han sido metidos en el baúl de los recuerdos, o mejor dicho, que ya es hora de ser metidos.
Y eres tú, esa estrella que habíamos bautizado como nuestra, que brillaba más que las demás, como él solía decir que hacía yo.
Y tan solo te pediría que me dijeses si él... si él también te mira de esta manera...