sábado, 30 de abril de 2011

No puede llover eternamente

 Llueve. Técnicamente no llueve, pero llueve.
Quiero decir, no, no están cayendo gotas de agua del cielo, pero de mi cielo.
Sí veo todo oscuro a pesar de la claridad del día, sí veo todo triste a pesar del sol alegre.
Y ahora sientes como el mundo sonríe un poco menos, solo porque, no lo haces. 
Y es que es verdad, por cada personita que no sonría un instante en este mundo es más triste.
Y puedes estar sentada en la guagua, escuchando tu iPod y vocalizando las palabras de la letra de una canción lenta, y sentirte terriblemente identificada. Sentir más fuerte que nunca ese vacío, pero sintiendo que ese alguien que canta la canción lo comprende. Sentir como pasan por tu cabeza miles de razones para explicar tu tristeza. Sentirte apagada.
Y lo más gracioso es que el que está al lado tuyo no lo sabe. Podemos estar sentados al lado de una persona con el corazón roto y no saberlo. En comparación, cuando tú te sientes triste, sientes cómo no estás llena de felicidad, estás distinta, es distinto. No pasa por dentro de ti ese frenesí de energía que hace que hagas todas esas locuras y rías sin razón. Pero no, a los ojos de los demás eso debe ser indiferente
A veces es mejor eso, estar entre gente que no te va a preguntar y se va a limitar a ir a lo suyo sin percatarse de una persona más decaída.
Algún día dejará de llover, si no, ya llegará alguien con un paraguas.

-A.

viernes, 29 de abril de 2011

La mejor cura


"Estoy mucho mejor sin él. Ya le tengo más que olvidado y superado." -Me dices.
No es la primera vez que escucho esto.
Te escucho con atención mientras asiento la cabeza con una leve sonrisa en mi cara. No sonrío porque me alegre, aunque no te digo que no.
Sonrió por estos pequeños pensamientos que se me pasan por la cabeza cuando hablo con la gente. Un análisis inconsciente y accidental que pasa y punto.
Y pienso que qué crédulos somos: decir que hemos olvidado a alguien no va a hacer que le olvidemos. Intentamos fingir, sonreír, inventarnos un discurso muy convincente, pero sin saberlo, siempre habrá alguien que te catará y sabrá lo que realmente está pasando por tu mente.
Estás pensando en tu orgullo, en querer parecer fuerte, en parece invulnerable, que te vean bien. En que él no se sienta bien con tu dolor y que nadie vea tus lágrimas. Estás tapando las heridas que tienes, pero siendo incapaz de encontrar a alguien que te las cierre, porque en este momento solo hay una persona capaz, y desgraciadamente es el que las ha abierto.

-A.

martes, 26 de abril de 2011

La pregunta del millón


Soy esa chica a la que le gusta ir escuchando música por la calle y en todos lados. 
Que le gusta que la música vaya al ritmo de su felicidad, o de su tristeza
Que cuando está triste se pondrá canciones tristes y lentas, y no por deprimirse más ni mucho menos, tan solo por sentir que alguien la entiende.
Y soy esa chica que le encanta encender la radio, y que la emisora clave la canción; la canción perfecta para el momento, tanto como un día feliz y soleado o triste y lluvioso.

Y ahora suena esa canción. No sabría decir si en su preciso momento pero suena. 
Y siento algo extraño en el estómago, mientras por la cabeza se me pasan imágenes. Nuestras imágenes. Y, ¿qué significa esta sensación? Es como un... vacío y nervios, quizá, es más, seguramente también un poco de nostalgia
Y pienso. Yo sé lo que significas para mí. Sé lo que significaste y lo que significarás.
Siempre serás la persona que hizo que me pusiese nerviosa cada vez que te veía y tuviese una especie de Parkinson cada vez que me hablaba. La primera persona en besarme y la primera persona en arañarme el corazón. Serás aquel chico que era todo lo contrario de lo conveniente para mí y lo adoraba. Eres y serás eso.
Y yo, ¿yo qué soy para ti, una chica más, otra ilusa que se creía especial, otra inocente y creyente de tus mentiras? Dime, qué soy...

-A.

miércoles, 13 de abril de 2011

Pura energía



Hay veces en las que se cierro los ojos y me esmero en olvidarme de todo. 
Es entonces cuando tu imagen se apodera de mis pensamientos haciendo imposible el objetivo. Me esfuerzo en hacerla desaparecer, inútilmente, en vano…
Quién sabe cuánto tiempo continuará ahí, tu recuerdo, en mi cabeza. A veces calmado, estacionado en un rincón de esta cabeza, u otras veces importunando, siempre en medio.
Quién sabe si seguirá siendo un simple recuerdo que irá perdiendo intensidad con el paso del tiempo como cualquier otro, o si quizá se convierta en un precioso sentimiento acompañado de millones de mariposas revoloteando en el estómago cuando te tenga cerca o se rocen nuestros labios...

-A.

miércoles, 6 de abril de 2011

Cavilando

Quizá sí te eche un poco de menos.

Quizá no de la misma manera, o quizá sí sea de esa manera y no quiera asumirlo, pero porque simplemente te echo de menos.
Porque si tú no estás, nadie me abrazará bajo un cielo estrellado.

Porque nadie me ofrecerá la chaqueta más un dulce beso al bajar el sol.

Porque nadie me mirará con la misma mirada repleta de candidez, que me hacía sentir un repentino deseo de besaste y adorarte, quedarme todo la velada, incluso más, junto a ti.

Esa mirada que enamoraba, y yo, efectivamente, te la devolvía con ojos rebosantes de amor y ternura.

Y quizá por todo eso, o más, te echo de menos.

Y a nadie le podré mostrar esta sonrisa franca, sin actuaciones, que a ti siempre te dedicaba.
Por eso, quizá porque tengo demasiadas sonrisas de esas guardadas.

Para regalarte.

Para ti.

Para cuando recuerdes que estoy aquí.

-A.

Estrellas de papel



Y es curioso saber que siempre tendremos un testigo que estuvo en esas noches que vivimos.

Quizás no hable, pero lo vio todo.

Pequeñita pero brillando con luz propia, como debe ser, sin sentir sombra de la luna ni de otras estrellas. Orgullosa de iluminar también el cielo de la noche.


Y seguramente no hayas notado como dos personitas menos salen a contemplarte, tumbados en la arena de una playa solitaria.

Pero yo te sigo contemplado. En el mismo lugar, a la misma hora, solo que no de la misma forma. Ahora te miro como si fueses lo único que queda de unos momentos entrañables.

Porque tal vez sí que seas lo único, apartando memorias y sueños que ya han sido metidos en el baúl de los recuerdos, o mejor dicho, que ya es hora de ser metidos.


Y eres tú, esa estrella que habíamos bautizado como nuestra, que brillaba más que las demás, como él solía decir que hacía yo.

Y tan solo te pediría que me dijeses si él... si él también te mira de esta manera...

-A.