Pasó de verte todos los días a
dos veces al año cuando venías de Boston. No dijo nada, pero se fue alejando
del grupo. Creo que le recordaba a que no estabas. Dejó de salir. Creo que
sintió que dejó de encontrar razones para salir. Se dedicó a aislarse y pasar
tiempo solo. Dejó de sentirse bien siendo distinto. Tú le hacías sentirse bien
siendo distinto. Tú le hacías sentirse bien. Y dejó de besar labios que
quisiese a labios que le recordasen a ti, aunque después se cansó de intentar
volver a sentir. Nunca dijo nada, pero se le veía en la mirada. Me lo encontré un
par de veces cuando iba a clase, y se ve que por su orgullo nunca admitiría que
te echaba de menos. A veces incluso quiso dejar de verte cada vez que llegabas
de Boston, y así hacerte creer un poco que le eras indiferente en tu vida. Tú
te culpaste a ti misma por dejarle y sentir que él te olvidaba, él se culpó a
sí mismo por ser tan orgulloso y sentir que fue tan insignificante para ti. Yo
me limito a ser un mero observador preguntarme
qué nos hace ser tan estúpidos como para no decir lo que realmente pensamos sin
miedo.
-A.