miércoles, 10 de diciembre de 2014

Quoting words of wisdom #4

"Everybody's at war with different things. 
I'm at war with my own heart sometimes.
-2Pac

lunes, 8 de diciembre de 2014

Anywhere I would've followed you"

Te sé de memoria y estoy mirando por dónde empezar. Poco a poco. Empezar olvidando tus veintidós pecas del moflete derecho y acabar por los dieciséis lunares de tu espalda. O si por tus tres remolinos del pelo y acabar en las cuatro pinceladas de verde en tus ojos. Prometo no llamar a nadie más con el apodo que solía decirte. Ojalá no me dejaras rendirme contigo. Ojalá supieras que esto no es nada frente a la inmensidad del mundo.
-A.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

"Debilidad del tamaño de tu cuerpo"


Me dijo que quería dormir conmigo. Y yo no pude negarme. Es imposible no enamorarte de ella. Primero lento, y luego del tirón. Y lo sabía. Y lo sé. Sé que no es recíproco. Sé que ella se ha quedado mirando atrás y no encuentra eso que no sabía qué era que resulta que tenías tú, y ella no se conforma con un cosquilleo en la tripa.
Eso me hace pensar. Es decir, lo haces todo por una persona y le das todo y la quieres de forma incondicional, pero de alguna forma, algo extraterrestre de otra dimensión tiene escrito que no va a suceder. Y da igual lo que hagas, porque no está destinada para ti. Los astros se han alineado para que nunca suceda. Para que sea la persona adecuada en el momento erróneo o el momento adecuado desperdiciado con la persona errónea. Hagas lo que haga. No somos más que fichas de ajedrez en un tablero con las jugadas ya predeterminadas. Y yo sé que tengo que tener cuidado con sus "Quiero dormir contigo" porque tan solo significan "no quiero dormir sola". Pero es mi talón de Aquiles. Es mi debilidad de metro cincuenta y nueve, por mucho que se empeñe en decir que es metro sesenta.

-A.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Quoting words of wisdom #3


In spite of everything, I still believe people are really good at heart” 
Anne Frank 1929 -1944

sábado, 6 de septiembre de 2014

Erotomanía


Soy una chica con cabeza que nunca comete el mismo fallo dos veces. Lo cometo nueve mínimo. Tantas veces has sido mi fallo las noches cuando el cerebro se deja traicionar por el alcohol y la embriaguez que acaba... bueno. 
Tantas veces ha sido el fallo que cuando me despierto en medio de la noche y veo tu espalda, haciendo la cucharita inversa y alejada (lo que me hace recordar una y otra vez que hace ocho veces que se acabó lo que había) comienzo a contar tus lunares. Me preocupa cuando me doy cuenta de que he memorizado cada uno de los lunares de tu espalda. Una especie de osa mayor invertida al oeste, la cassiopeia al sureste y orión al norte. 

Mi parte favorita de tu espalda es Orión. Me hace sonreír silenciosamente a las dos de la mañana porque resulta irónico que tú seas como 'Orion the Hunter' y yo me identifico con 'Cassiopeia the Queen', y claro, bueno; ironías y chistes de astrólogos que solo entendemos entre nosotros. Y bueno, me dejo cazar una y otra vez porque las constelaciones nunca cambian. Porque supongo que hay cosas que nunca cambian. Y eso me asusta un poco. Quiero memorizar otras constelaciones en diferentes cielos.
-A.

domingo, 24 de agosto de 2014

I'd once dreamt I would drink




Maldita resaca. Nueva York, qué bonita eres, pero qué solo me haces sentir. Pubs llenos de chicas glamurosas, que se ríen entre copas, intentando lo mejor posible disimular las ansias que tienen de que le acaricien el pelo, y continúen las caricias con la mano hasta la cintura, y midan sus largas piernas con la unidad de besos mientras ellas están borrachas. Pubs llenos de hombres que intentan interpretar el papel de su vida de chico romántico, atento y buen escuchador que no sigue herido desde la última vez que se enamoró de la chica equivocada. Nueva York. Nueva York de noche, cuando sale la ciudad a las carreteras pintadas de amarillo y luces y pitas y sirenas, la ciudad que no duerme. Donde, de camino al metro de noche, aún ves a los obreros seguir el trazo de las chicas a través del paso de peatón, subiéndoles la autoestima. Nueva York de noche. Nueva York de noche de verano. El aire es cálido y me quedaría en el suelo de Bryant Park para siempre, a pesar de que no se pueda apreciar las estrellas. Pero es esta sensación. Esta sensación de que nunca hay silencio, de que nunca hay inactividad. De que todo el mundo va con prisa, de que todo el mundo está ocupado, todos con cosas que hacer, todos con alguien con quien salir. Todos con sus cafés ardiendo en la izquierda y el móvil en la mano y oreja derecha. Y es eso, toda la esencia de Nueva York que te hace enamorarte en medio del ruido y la suciedad, me hace odiarla a la vez porque me hunde. Su gente. Cada uno con su historia. Ansiosos por contarla. Y tú con la tuya. Deseando no contarla, para que tu corazón consiga anesteciarse durante unos momentos.

-A.

viernes, 18 de julio de 2014

Yesterday you told me about the blue sky

No son lágrimas, son goteras. Mientras todos lo llamaron insomnio, yo le puse tu nombre. La almohada húmeda se enfadó y ha dejado de consolarme y darme consejo. Al menos se ahorra el "ya te lo dije". Si ya lo decía Óscar Wilde, "Pero cómo vas a ser feliz con alguien que te trata como una persona normal". Supongo que yo no me sentía especial. O me conformo con poco. Es todo cuestión de perspectiva: mientras que el mundo parecía un poco mejor apoyada en tu pecho, ahora aprendo que porque algo fuera bueno en algún momento no significa que siempre lo vaya a seguir siendo. 
Voy a aprender a dosificar mi tiempo para ahorrarme la mitad de las lecciones de la vida que llegan tarde.
 

jueves, 26 de junio de 2014

Quoting words of wisdom #2

People say “There are other fish in the sea” I say “Fuck, she was my sea” J. Faulkner

 

Catharsis, the purging of emotions

Nunca se me dieron bien las despedidas. Al menos no si no eran por escrito. Sabes, había pensado muchas veces sobre el momento pero siempre cortas con una lágrima afilada la idea alegando "que aún queda, así que disfrutaré del momento". Un abrazo, y otro. No me apetecía besarte. Tan solo abrazarte (quizá con la intención de sujetarte lo suficientemente fuerte para que te quedases) y sentir por última vez el roce de tus labios en mi oreja y pegar mi nariz a tu cuello y sentir tu olor. Ese lugar era como mi segundo hogar (si no el primero). Como la sensación de quitarte los tacones después de una noche de fiesta, como el primer baño del verano, como el primer rayo de sol que te calienta tras el invierno, como meterte en la cama tras un duro día, como no sé, como estar entre tus brazos en definitiva. Nunca lloraría frente a ti, dije. Así que no dije ni una palabra para que no explotará el nudo de mi garganta en lágrimas y me limitaba a mirarte a los ojos mientras tú me acariciabas por última vez el pelo por la nuca. No sé ni cómo ni por qué al final acepté que tenía que aflojar y soltar, y bajaron mis brazos.
Esa espalda que tantas veces había besado y acariciado (si no arañado) me daba la espalda ante una puerta que se abría de par en par al detectarle. Con su nueva maleta gigante color caqui para su nueva etapa (si no vida). Lejos de mí (si no sin mí).
No es lo mismo permanecer en un mismo lugar sin ese alguien, que ir a un lugar nuevo sin esa persona preciada, siempre he pensado. Y no sé, eso lo hace más duro.

-A.

martes, 17 de junio de 2014

Quoting words of wisdom #1

"I will destroy you in the most beautiful way possible and when I leave, you will finally understand, why storms are named after people."

"Te destrozaré de la manera más bella posible y cuando me vaya, finalmente entenderás, por qué las tormentas son llamadas con nombres de personas"

Chronophobia

Creo que por primera vez estoy cerca. Tan cerca que casi siento que lo puedo tocar con la mano, pero aún lo suficientemente lejos como para solo rozarlo con la yema de los dedos. A esta distancia de esto a lo que llevo, llevamos, o le han llamado 'futuro' desde que tengo uso de conciencia. Es eso que siempre que conseguía colarse en la conversación zanjaría con un 'Bueno, aún me queda tiempo para decidir' y daba una impresión de tan lejano. Supongo que he llegado a ese famoso punto en la línea esta de altibajos apodada 'vida' en la que todo el mundo quiere echar a correr en dirección contraria. En la que nos volvemos un poco cobardes, metemos el rabo entre las piernas y decimos (los que se atreven a decirlo en voz alta) 'No quiero crecer más'. Ese momento en el que de repente el aire que respiras deja de parecerte libre, puro e inocente, a cargado de malos sentimientos que inspiras hasta muy muy adentro. O soy yo la única que quiere ir contracorriente...

-A.

lunes, 16 de junio de 2014

No preocuparse por los kilos de más, sino por las neuronas de menos


No pensabas que esto sería así, eh. Cuando no llegabas al metro veinte desconocías el mundo de las inseguridades al mirarte al espejo, los pudores ante decir cosas a personas desconocidas a las que simplemente quieres empezar a hablar o la necesidad de morderte la lengua antes de decir cosas que te hagan parecer estúpida. Desconocías esta nueva dimensión donde dejas de ver los zapatos nuevos, y empiezas a ver a la altura de las cabezas- muchas vacías- y eso te entristece. Has pasado esa delgada línea en la que eres lo suficiente mayor como para actuar de forma madura, pero que a la vez no quieres dejar de hacer cosas infantiloides. Estás en esa nueva frontera donde la gente echa miradas prejuzgadoras y nadie se molesta en entenderte. Ya dejaste atrás esa inocencia de ver a todos por la belleza su interior, ignorando el físico. Pero no te culpes, eso es algo que nos inculca la sociedad. Nunca imaginaste que esto sería así. Nunca quisiste que fuera así, Amanda.

-A.

domingo, 20 de abril de 2014

Reckless abandon

Me dijo que le contara más sobre mí, citando tetualmente me dijo que "qué hacía que fuese yo, y no otra persona". En ese momento me di cuenta de que no sé quién soy. No sé qué me define. Le fui a decir que mi comida favorita era el sushi y que adoro los gatos, pero pensé que probablemente eso no decía gran cosa sobre mí, aparte de que me gusta el sushi y los gatos, claro. Me gusta pasar mi tiempo libre aprendiendo cosas nuevas y no soy muy de pasar el día en la calle, pero no sé, supuse que habría otros así. Nunca me he planteado cuál es mi color favorito y si lo hiciese de todas formas sería uno que no se pueda describir. No soporto el papel higiénico de solo dos capas ni la gente que deja los bordes de la pizza, pero eso tan solo eran detalles insignificantes.
-La playa. No me gusta la playa. A prácticamente todo el mundo le gusta. Y a mí no.- le dije algo nerviosa y un poco más alto de lo normal.
Pero respiré profundo a la vez que apoyaba mi espalda tranquila al respaldo del sofá y le sonreí a este tipo con un bolígrafo a medio gastar y una libreta sentado en el sillón frente a mí con las gafas caídas, lo que debo decir que me ponía bastante nerviosa. Miró intentando disimular su decepción y pedirme otra respuesta sin decirlo bruscamente. Pero yo me di por satisfecha con mi mediocre respuesta.
Y así, fue como tiré por la borda cualquier intento de buscar qué me diferencia, porque eso implicaba compararme con los demás y yo no tenía ninguna necesidad de eso. Yo tan solo deambulaba, porque como bien sabes- o deberías saber- no todos los que parecen perdidos lo están, porque yo así me encontraba. Sin buscarme. Camino y si me gusta sigo, y si no cambio de dirección. No me busco, y así me encuentro.

-A.

sábado, 15 de marzo de 2014

Fatum

Se halla en un estado catatónico la mayoría del tiempo. No solo dice palabras fuera de contexto y sin sentido, sino que tiende a hacer cosas de demente. No sé si se está dejando llevar o si se le estaba llevando el juicio experiencias pasadas, por eso pretendo analizar los recuerdos que aún tiene y se atreve a compartir. Enciende la chimenea los días de más calor y se pone sandalias los días que nieva. Pero no siente frío. No siente calor. Diría que no siente por su forma insensible de caminar, pero sé que algo la reconcome por dentro y llegaré a él.

Emily Watt salía de su casa con las mejillas sonrojadas el dos de julio de mil novecientos sesenta y tres con un traje a lo Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes aunque carecía del habitual tabaco, ya que Emily no soportaba la constante emisión de humo que soltaba ese palo de cáncer. Nadie sabía a dónde se dirigía, pero todo parecía sonreírle. El portón gigante de madera antigua en un barrio moderno de Manhattan se cerró lentamente a medida que bajó el alto escalón de su portal veintitrés, los taxis se paraban a su paso buscando una bella damisela en apuros a la que llevar a su destino. Nadie sabía que el destino de la elegante pero sencilla, a veces algo extravagante, Emily Watt sería un estado de delirio entre cuatro paredes blancas.

jueves, 20 de febrero de 2014

I don't reply due to a lack of ego and laziness that cuts like a knife

Estás en una de esas temporadas donde la mínima adversidad te incita a derramar lágrimas y eso te hace sentir estúpida. Es de esos momentos en los cuales eres de cristal, y no entiendes por qué, y eso te vuelve más frágil aún. Sabes que te falta algo, pero tienes todo con lo que deberías conformarte. Qué clase de monstruo te sientes. No tienes una sonrisa, tienes un paréntesis que cierra algún comentario lo suficientemente gracioso como para mover los siete músculos que ejercitas al hacerlo. No te molestas en peinarte, porque luego el viento se encarga de destruir tu trabajo, como una especie de metáfora sobre la vida, y es que ya no disfrutas de la brisa.
¿Diagnóstico? Quizá tan solo necesitas suspirar. Suspirar bien profundo.

-A.

miércoles, 5 de febrero de 2014

I've been losing sleep

-Tienes dieciocho años y sigues contando estrellas-. No sé si era una afirmación o una crítica por parte de mi hermana tan solo tres años mayor que yo, pero que suele padecer brotes de superioridad. Pero decidí no darle importancia. Pensé que madurar venía adherido a los años, o que le ibas pillando el gustillo a medida que crecías, pero mis pies parecen haberse quedado en un suelo que no debo estar pisando, en el caso de que tuviese los pies en el suelo, claro.
No sé, no veo el problema en seguir mirando las estrellas en vez estar  preparándome para trasnochar en una fiesta. No sé qué problema tiene seguir queriendo pasear en bicicleta en vez de prepararme para obtener una licencia para dirigir un juguete grande a motor. Por qué cumplir años tiene que significar crecer, porque los años pasan por mí pero yo no paso por los años, no sé si se me entiende.
-Hoy no hay tantas como de costumbre-. Ella se levantó rumbo a la cocina y terminó la frase interrumpiendo mis pensamientos.
A veces a uno le sienta bien saber que no está solo. 
-A.