domingo, 29 de enero de 2012

Deseo peligroso


Por si alguna vez pensaste que yo no podría apagar el móvil hasta recibir tu respuesta a la madrugada, si te colaste entre la multitud sin mirar atrás esperando ver que te seguía, si pensaste que podías venir y conseguir un beso siempre que lo quisieras, si elegiste mis cintura como tu favorita para agarrar pero no mi corazón para amar, si pretendiste perderte en el brillo de mis ojos, como decías que tenía, al mirarme dando por hecho que yo sí me perdería irrevocablemente, si dejaste una distancia de milímetros entre tus labios y los míos esperando que me diesen ganas de besarte, si me besaste lentamente esperando crearme una adicción por ti, si creíste que me hacías reír más que nadie, si se te pasó por la cabeza pensar que me tenías en tu mano y que te lo perdonaría todo, quizá todo eso fue lo que hizo que no lo hiciera. Las chicas también sabemos jugar bien, y también sabemos hacer a los chicos llorar.

-A.

No one wants to know



Y me siento ahí en esa esquina fuera del alcance de la vista de cualquier persona, y me pongo a pensar, descolgando la sonrisa de mi boca sabiendo que ahora nadie me mirará desconcertado sorprendido por la ausencia de la usual sonrisa en mi cara.
Nadie lo sabría, nadie lo diría, que si me preguntas te digo que soy feliz, pero antes me lo repito cuatro veces antes de salir de casa. Soy feliz, sí, lo soy, soy feliz. Y así repetidamente. Y pensar que soy feliz me hace más feliz, y sí, sí soy feliz, y esto sin auto-convencimiento, porque tengo todo lo que quiero, ¿qué me falta? El problema es que no necesito todo lo que quiero para ser feliz, es más rico quien menos necesita, no quien más tiene, y tengo todo lo quiero, pero supongo que no lo único que uno necesita.

-A.


domingo, 22 de enero de 2012

Y alguien con el corazón hecho de piedra me dijo una vez:

Algún hombre que se creía experto en mujeres dijo que las mujeres más guapas son las que más solas están. Que ningún hombre se atreve a ir a conquistarlas porque piensan que ya estará acompañada, que puede conseguir a cualquiera, por qué te iban a querer a ti...
Y pensé, ¿debería usar esa frase como autoconsuelo; hacerme creer que soy guapa, y por eso estoy terriblemente sola? No sé bien cómo me siento, si me importa o no me importa, solo sé que hago lo correcto y lo que quiero creer que quiero. No creo que nadie lo haga por mí, es más, quizá no quiera que nadie lo haga por mí, pero duele de todas las maneras. Y sí, estoy sola, y a veces necesito sentirme querida, y es una pena cuando alguien que te puede hacer sentir así, también lo hará con muchas otras, y claro, cómo ibas a pedirle que no lo haga, y quizá es solo una sensación, no es que realmente te sepa querer, y bueno, a veces vas de naranja podrida a naranja podrida solo para mantener las fuerzas para la naranja que realmente encaja, y para hacerte sentir que cuando llegue esa mitad, sí pueda encontrar alguna razón para quererte como esos pasatiempos anteriores hicieron, y bueno, si no encuentras razones para que alguien te quiera, o si estás sola, piensa que eres guapa y por eso estás sola. Es o eso, o deprimirte, cariño.
-A.

sábado, 21 de enero de 2012

ATELOPHOBIA


Esto es una chica que busca las palabras que no le dirá a nadie mediante canciones, aunque nunca confesará que deja que un cantante se las busque, que las diga por ella, porque ella no lo hará. Porque se sienta a hacer una de las miles de cosas que siempre tiene que hacer escuchando esta canción sintiendo que alguien la entiende ya que no le dará la oportunidad a alguien para que lo haga, porque prefiere ser una caja de misteriosa antes que un libro abierto y no conoce puntos medios. Y quizá no le dé la oportunidad a nadie de entenderla porque cree que no la harán, que es como esa mariposa negra entre mariposas amarillas de aquel libro de la infancia, porque ella sueña con viajar e ir lejos como los personajes de las muchas películas que ve y hacer locuras como en varias cosas que lee. Porque ella psicoanalizará, comprenderá y asentirá en silencio, sabiendo que no se encontrará en dicha situación al viceversa. Y nadie detendrá a esta pequeña mariposa negra porque es lo que ella quiere, lo desea con empeño, y consideran inútil cualquier intento para que deje de verse negra y diferente, y se consiga ver tal y como sus cercanos la ven. Y ella seguirá esperando a que este tiempo pase y ella podrá empezar a emprender todos los incontables, innumerables planes que tiene en su cabeza, algunos plasmados en montones de listas, mayormente de papel virtual. Y ella solo se irá a un lugar donde ella crea que no importa si es diferente, si ella es negra entre muchas amarillas, y antes de marcharse nadie le dirá lo preciosa y maravillosa que es verla en su esplendor, con su propio color entre tanto amarillo ni lo mucho que les gustaría que se quedase, porque se necesita algo diferente en este lugar, porque la mariposa negra nunca dio a entender que quisiera escucharlo, dio a entender que nunca cambiaría nada, nunca les dio la oportunidad de decírselo, y la preciosa mariposa simplemente voló lejos esperando a ser realmente feliz sin darse cuenta de que ella se había impedido serlo.
-A.



Temeraria y tempestuosa

Ey, ¿cómo andas? 
Bueno, he decidido no fingir, he llegado a un punto en el que sé que te gusta que vaya al grano y sabes que yo siempre lo he preferido, así que te voy a decir que estoy harta de pensar en ti a veces cuando necesito hablar con alguien de cualquier estupidez. No voy a hablar contigo, y te diría 'y lo sabes' pero cómo lo vas a saber si nadie lo sabe. Pues, estoy un pelín preocupada. A veces me siento muy perdida, desubicada, o sola, o cualquier cosa que me acaba llevando a ti. No solo estoy en un pelín preocupada, también tengo un poco de miedo. Sería a ti a la única persona a la que realmente le dijese cómo me va pero no tendrías tiempo para mí. Tampoco intentaría pedírtelo. Aún no ha llegado ese momento como para estar preocupada, sé que es precipitado, pero a veces soy insegura aunque al conocerme te demostrase todo lo contrario y a veces tiemblo por dentro aunque no se note. Y bueno, cuando pienso en eso odio pensar que tú estarás separado y no habrá nadie quien realmente entienda esa sensación, y si la hubiese, me daba igual porque me apetecía contártelo a ti.
Bueno, que eso, que... que no sé, pero que adiós y gracias por no leer esto nunca.
-A.
 

Insípido

Hace tiempo que no tenía una razón concreta para llorar.
Antes, era algo extraño, de una forma extraña, como con tristeza, pero sin razón, y no sabía si seguir llorando de lo estúpida que era por llorar sin razón o dejar de llorar por lo estúpido que suena llorar sin razón. Quizá sí la tenga pero no quería saberlo... Pero bueno, qué importa. Ahora se siente distinta. 
Siempre has sido igual, te vas al baño y lloras delante del espejo y tu madre te decía: ¿Para qué vas a llorar delante del espejo, para ver lo fea que te pones cuando lloras? Tenía razón, no sabe para qué lo hacía, solo sabe que lo sigue haciendo pero no ve más que lo idiota que parece, pero no puede parar, además, esta vez sí tiene razón para hacerlo. Se siente más triste cuando sabes concretamente por qué te sientes así y no es mierda acumulada. ¿Sabes lo malo de esto de tener razón? Que cuando crees que estás apunto de parar, te vuelves a acordar, y sigues, y sigues llorando, y encima no puedes llorar tranquila, sino que intentas disimular tus sollozos con un resfriado.

-A.

martes, 3 de enero de 2012

Sonrisa de cristal

Y cuando giras la cabeza al lado izquierdo de la almohada, pero ahí tampoco puedes apoyarla, también está húmedo por las lágrimas, y no te queda más remedio que ponerte boca arriba, a mirar el techo, y seguir deseando que tu cerebro tuviese un botón de desconectar.
Y entonces piensas que tienes que sacar de alguna forma esto de tu cabeza, se lo tienes que decir a alguien, estos malditos estúpidos pensamientos que rondan por tu defectuoso cerebro y te mantienen la noche en vela; quizá así te sientas mejor, aunque no quieras hacerlo, quizá puede ser una buena idea. Y te paras a pensarlo, y haces un rápido repaso a la lista de personas de tu vida, y no encuentras a nadie, nadie a quien se lo quieras decir. Y no es que no tengas a nadie, es que no quieres que nadie te vea, que te vea como un libro abierto y haga ese interno psicoanálisis que sale solo cuando de verdad escuchas y entiendes a alguien. Y no culpa a nadie, a mí también me sale, pero yo sí quiero psicoanalizar, y no ser psicoanalizada. Y sé que no me van a entender; no pueden entenderme. Sé que te vas a sentar ahí a pensar que sabes lo que yo realmente pienso yo y cuál es mi problema, pero no lo sabes, porque tú no piensas como yo, y porque no tienes ni idea de cómo es la situación ni cómo me siento, porque quizá ni yo lo sé. Y ni aunque me vayas a entender te lo voy a decir, porque una persona capaz de entenderme es una persona capaz de escucharme y comprenderme, por lo tanto psicoanalizarme.
No lo hagas. No creas que cada vez soy para ti más transparente.
Ahora ya me voy a girar al lado izquierdo de la almohada.
Total, qué más da que esté húmedo si lo vas a volver a mojar.
-A.

Frenesí verbal



Dices todo, pero no dices nada. Porque no dices nada que realmente quieras decir, nada que realmente tengas que decir. Nada que te vaya a hacer quitarte un peso de encima, nada que te vaya a hacer explotar de una vez. No dices nada porque ese 'nada' que no dices es tanto que no puedes. Porque en realidad no se lo puedes decir a nadie, porque no se lo quieres decir a nadie, pero sí necesitas hacerlo.
Y es como lo que te pasa ahora, comes y comes, para sentirte un poco llena, pero solo te sientes más vacía porque nada de lo que comes es lo que realmente te apetece.
Bajo las persianas. No me apetece nada. Solo me apetece dormir, es la única forma que tengo para no pensar. No me apetece tocar la guitarra, no me apetece escuchar mi voz, no me apetece escribir canciones sobre lo que siento, solo me apetece leer. Solo me apetece salir unos largos, preferiblemente interminables, segundos de mi vida para no sentirme yo, esta persona que está cansada de todo. Y me apetece sentir el viento en la cara, pasearme por calles en las que no haya ni un alma, ni un alma que pueda verme. Y me gusta que llueva, que diluvie por las noches, y que durante el día no haga sol, y así puedo culpar al tiempo de mis bajos ánimos y ausencia de sonrisa, ya que tengo que dar explicaciones por todo...

-A.