jueves, 27 de enero de 2011

It gets harder everyday

Ojalá el paracetamol también curase los dolores del corazón. Ahora sonrío. Para que nadie pregunte, para que nadie se de cuenta, para que no salte a la vista. Pero cada vez cuesta más. Cuesta más fingir que no duele, que me es indiferente, que estoy perfectamente.
Pero espero que aparezca esa persona que sea capaz de hacer desaparecer esta chispa de tristeza de mis ojos, esa persona que, no se percate, sino que la borre. Y dentro duele, pero en realidad yo no quiero saber la razón, princi
palmente para que nadie lo sepa. Aún menos tú. No quiero que me hagas daño tú, solo dejaré hacerme daño a aquel que antes me sacó sonrisas. Y tú, no sabría en que categoría ponerte. Me hiciste feliz de una extraña manera, pero yo y mi masoquismo, una manera extraña y dolorosa que me gustaba. Pero yo sigo sonriendo. Como dijo Woody Allen, "Para ser feliz te tiene que gustar sufrir", y como dijo Marilyn Monroe, "Sé que nunca seré feliz, pero ¡puedo llegar a ser muy alegre!", y yo, yo estoy entre muy alegre y feliz.


-A.


martes, 25 de enero de 2011

Finge una sonrisa hoy, hiéreme mañana


A veces con unas palabras basta. A veces con unas palabras sobra. A veces con unas palabras es más de lo que querías haber escuchado, más que suficiente, quizás demasiado. Como para hacerte una gran grieta en el corazón, o simplemente cada palabra es como una bala que ataca directo al corazón, y éste, frágil, carente de su antibalas, es herido hasta caerse en pedacitos con un golpe seco. Y a veces incluso sin necesidad de palabras eres capaz de romperlo. Con una simple mirada y después una tonta sonrisa arreglarlo. Y es que así son las cosas, cuando quieres a alguien no tienes en cuenta todas las heridas que te hace, sino todas las sonrisa que te saca.

-A

lunes, 10 de enero de 2011

"I don't know why but with you I'd dance in a storm with my best dress"

Y quizás miento. Y quizás me creo a mí misma cuando digo que no siento nada. Quizás sea verdad, quizás mentira.
Porque me paro a pensarlo, y siempre, sin querer, algunas veces inconscientemente, u otras automáticamente, busco tu cabeza entre la multitud, entre esa gente que se convierte en nadie cuando me pierdo en tus ojos. Cuando me pierdo y no me doy cuenta hasta el momento en el que no encuentro el camino de vuelta. Como cuando viajo en tu sonrisa, profunda y que hace que mis labios formen una forma similar, puede que aún más grande, de oreja a oreja.
Y lo sigo pensando, rebobino a ese momento en el que estoy junto a ti como con cualquier otra persona, pero me apetece cogerte las manos y rodear con ellas mi cintura, con tus manos, que inspiran seguridad.
Porque lo pienso una vez más y cuando estoy triste deseo que suene el móvil con un mensaje tuyo. O que entre toda esa gente que intenta hacerme sentir bien aparezcas tú, que eres él que lo consigue más fácilmente. Simplemente con el poder del hechizo que ejerces sobre mí.
Y si lo vuelvo a pensar, también te echo de menos. Cuando no te veo, o simplemente cuando me das la espalda sabiendo que no pensarás en mí en la manera en la que yo lo haré.
Y por muchas veces que lo piense me seguiré preguntando por qué contigo, y no con otro. Por qué tu sonrisa, y no otra. Por qué tu mirada, y no la de otro. Por qué tú.
Y al segundo me doy cuenta. Podría darte más de ocho razones y respuestas a la pregunta. A la pregunta de por qué te quiero a ti.

-A.

domingo, 9 de enero de 2011

"Cualquiera que haya amado tiene una cicratriz"



Y golpeas duro, de verdad que sí. Directo, bien apuntado, a la zona más débil pero a la vez tan fuerte. Y me pillas desprevenida, insegura, desprotegida, con la alerta baja. ¿Y te gusta que sea de esta forma? Personalmente, pienso que las cosas inesperadas son las buenas, que el ser inesperadas hace que sean mejores. Como cuando venías y me robabas un beso cuando menos lo esperaba y lo hacía el doble de agradable, doble de dulce, doble de adictivo.

Pero, ¿sabes? Me gustaba el hecho de que fueses una caja de sorpresas hasta llegar al punto en el que haces daño hasta de forma inesperada. Esto ya es demasiado. Hace las lágrimas caer con más facilidad.

Tus palabras son piedras a mi corazón, tus miradas como bisturíes, tus sonrisas rotas como sables.


-A.

sábado, 8 de enero de 2011

Love was just an easy game to play

Y te miro, estás tan cerca, y lo adoro. Adoro la forma en la que haces que me vuelva metro cincuenta y siete de felicidad, euforia, de entusiasmo, de pasión... de amor. Y adoro que cada vez que hable contigo sin darme cuenta acabe así, casi rozándote los labios, atrayéndonos pero poniéndonos barreras y a la vez deseando saltarlas y romperlas. Que me robes un beso, que me rodees con los brazos y me intentes besar, y yo me resisto; simplemente por jugar, por hacerme la dura, que sabes que es muy típico en mí, porque en realidad quiero que me beses. ¿Beses? Que me comas a besos. Con pasión mientras yo río divertida.
Y añoro todo esto. Como nos gusta volver al pasado a esos momentos que queremos que se repitan. El presente no existe; o vivimos en el pasado o viviendo el futuro.
¿Cómo crees que me siento ahora que noto que corre el aire entre nosotros? Ahora que nadie me intentará besar y comprenderá que me resista sin motivo alguno, y simplemente pensará que es tonto, mientras en cambio, a ti te encantaba, y a mí me encantaba que te encante.
-A.

sábado, 1 de enero de 2011

Nuevo año, misma vida

El hecho de que apartir de las 00:00h de hoy vayamos a escribir y decir dos mil once en vez de dos mil diez no cambia nada. No significa que será como empezar de cero, ni una nueva vida, es tan solo otro año más, otros 365 días más, y más lágrimas, muchas más sonrisas, nuevas lecciones. Pero así será siempre. Siempre habrán días aburridos y días espléndidos que desearás que se repitan y recordarás con una sonrisa en la cara. Más días para echar de menos, más días para amar, más días en lo que harás lo mismo, pero siempre de una forma distinta, porque todos los días son diferentes.


-A.