domingo, 20 de abril de 2014

Reckless abandon

Me dijo que le contara más sobre mí, citando tetualmente me dijo que "qué hacía que fuese yo, y no otra persona". En ese momento me di cuenta de que no sé quién soy. No sé qué me define. Le fui a decir que mi comida favorita era el sushi y que adoro los gatos, pero pensé que probablemente eso no decía gran cosa sobre mí, aparte de que me gusta el sushi y los gatos, claro. Me gusta pasar mi tiempo libre aprendiendo cosas nuevas y no soy muy de pasar el día en la calle, pero no sé, supuse que habría otros así. Nunca me he planteado cuál es mi color favorito y si lo hiciese de todas formas sería uno que no se pueda describir. No soporto el papel higiénico de solo dos capas ni la gente que deja los bordes de la pizza, pero eso tan solo eran detalles insignificantes.
-La playa. No me gusta la playa. A prácticamente todo el mundo le gusta. Y a mí no.- le dije algo nerviosa y un poco más alto de lo normal.
Pero respiré profundo a la vez que apoyaba mi espalda tranquila al respaldo del sofá y le sonreí a este tipo con un bolígrafo a medio gastar y una libreta sentado en el sillón frente a mí con las gafas caídas, lo que debo decir que me ponía bastante nerviosa. Miró intentando disimular su decepción y pedirme otra respuesta sin decirlo bruscamente. Pero yo me di por satisfecha con mi mediocre respuesta.
Y así, fue como tiré por la borda cualquier intento de buscar qué me diferencia, porque eso implicaba compararme con los demás y yo no tenía ninguna necesidad de eso. Yo tan solo deambulaba, porque como bien sabes- o deberías saber- no todos los que parecen perdidos lo están, porque yo así me encontraba. Sin buscarme. Camino y si me gusta sigo, y si no cambio de dirección. No me busco, y así me encuentro.

-A.