lunes, 16 de junio de 2014

No preocuparse por los kilos de más, sino por las neuronas de menos


No pensabas que esto sería así, eh. Cuando no llegabas al metro veinte desconocías el mundo de las inseguridades al mirarte al espejo, los pudores ante decir cosas a personas desconocidas a las que simplemente quieres empezar a hablar o la necesidad de morderte la lengua antes de decir cosas que te hagan parecer estúpida. Desconocías esta nueva dimensión donde dejas de ver los zapatos nuevos, y empiezas a ver a la altura de las cabezas- muchas vacías- y eso te entristece. Has pasado esa delgada línea en la que eres lo suficiente mayor como para actuar de forma madura, pero que a la vez no quieres dejar de hacer cosas infantiloides. Estás en esa nueva frontera donde la gente echa miradas prejuzgadoras y nadie se molesta en entenderte. Ya dejaste atrás esa inocencia de ver a todos por la belleza su interior, ignorando el físico. Pero no te culpes, eso es algo que nos inculca la sociedad. Nunca imaginaste que esto sería así. Nunca quisiste que fuera así, Amanda.

-A.

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