domingo, 18 de marzo de 2012

It wouldn't have worked out anyway



A veces cuando llego a casa pienso en ti. Me quito los zapatos pensando en ti, camino descalza hasta abrir la nevera pensando en ti y me siento sola en la mesa de la cocina a tomarme un vaso de leche fría pensando en ti. Y me recuerda a esos días que después de estar contigo no me apetecía estar con nadie, para quedarme por último con tu imagen, con tu beso de despedida como última palabra. Fue incluso la primera vez cogí el autobús sola, para sentarme y sonreírle tontamente al cristal al acordarme de ti. Para acordarme de cómo lentamente colgabas el móvil a la llamada de tu madre porque eso siempre significaría que te tenías que despedir de mí para marcharte. Pero yo me reía. Me reía de cómo hacías todas esas pequeñas cosas que hacía que te adorase. Aunque no te lo dijese, me gustaba cómo hablábamos de cosas tan insignificantes como qué coche tendríamos de mayor y los juegos de cartas de tu abuela, y lo adoraba. Igual que a ti. Igual que tus besos, tus abrazos, tus ojos, tu sonrisa y muchas cosas más que daría para largo.
Tiene gracia, todo pasa como debe pasar. Pero solo que lo sepas, sí pienso en ti y aún me acuerdo de nuestra promesa, y no sé si recordártela.

-A.


1 comentario:

  1. que precioso blog!!!! me ha tocado!
    Por qué no te conocía?
    Besoso!!!

    http://cappucinofrio.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar

Significa mucho para mí que tomes tiempo para leer el blog, muchoselefantesdelasuerte para ti