jueves, 25 de noviembre de 2010

No sabes cuanto duele

Este primor de corazón que ya no puede más. Con cada lágrima que cae se lleva cinco décimas de energía, y quedo así, débil y vulnerable. Tan solo recuerda que estoy aquí, presente y ante tus ojos, aunque espero que también quede algo dentro de ti. ¿Qué fue de esa chispa de cuando me mirabas a los ojos? ¿Se apagó, la dejaste desaparecer? Y ahora mírame, a estos ojos que ven sin claridad por las lágrimas que se interponen y dime que sientes. Dime si ves a través de mí, si contemplas la raja que atraviesa el más importante de los órganos, y el que más nos hace sentir. Y sufrir.
Y yo te sigo esperando, aquí para que desayunemos con mi café en la mesa. En esta mesa en la que apoyaba mis codos para sostener mi rostro que te admiraba mientras reías y hablabas, con esa cara de enamorada, porque eso es lo que era: una enamorada. Y te sigo esperando, cada vez que suene el teléfono o el timbre serás tú. Y te espero con mi café, que se va enfriando poco o poco, al igual que mi esperanzas. Pero yo te sigo esperando, mientras la raja incrementa. Estúpido órgano.

-A

"Duele tragarme esta pena de un sorbo al saber que no vuelves"

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