jueves, 22 de septiembre de 2011

Sunshine on my window makes me happy


Está lloviendo. No es que quiera decir que el hecho de que esté lloviendo hace que esté en este estado de ánimo, aunque no niego que sea así, pero llueve. Siempre he odiado los días lluviosos; la acera está mojada, no puedes sentarte en el césped del parque o los bancos de la calle sin empaparte el culo, bonitos peinados se convierten en la melena de un león, pero sobre todo, ese olor que quedaba cuando llovía, me daba un extraño presentimiento. Sobre todo, aquí en esta pequeña isla al margen del resto del continente, no llueve en grandes cantidades, así que no quedan tan bonitos esos besos bajo la lluvia, ni nadie sale a saltar charcos  con coloridas botas de agua.
Entonces, recordé que una vez había decidido que si tenía alguna vez la oportunidad de pedir un deseo, sería eliminar los días tristes. Ni un día con cara larga, ni un día de esos que las horas pasan lentas,  ni de esos en los que tienes un nudo en la garganta que solo se puede ir cuando derrames agua por los ojos.
Y pensé que los días lluviosos hacen a algunas personas más tristes, al menos a mí sí. Y recapacité: para qué sirve la lluvia.
Llegué a la conclusión: después de la lluvia todo queda más verde, los paisajes son más bonitos, los coches quedan limpios, las flores crecen, nunca habría arcoíris si no hubiese lluvia, pero sobre todo no sabrías ver lo bonito que es el sol cuando brilla.
Entonces necesitaba lluvia, y por lo tanto, habría días tristes, pero es que sin días tristes no sabría apreciar la felicidad, no sabría lo bien que sienta reír en vez de tener que fingir la sonrisa, no sabría lo que es cuando el tiempo pasa tan rápido de lo bien que lo estás pasando en comparación con esos días que parecen interminables, no sabría el peso que te quitas de encima cuando lloras, no sabría lo que es saber en quienes puedes confiar para sacar esa felicidad que parece perdida, no sabría apreciar esa fantástica sensación de cuando no puedes parar de reírte, lo fabuloso que es acostarte con una sonrisa en vez de que las lágrimas te produzcan insomnio…
Así que llueve. Llueve. Llueve todo lo que quieras, precioso cielo gris, que sé que saldrá el arcoíris, y mañana el sol


-A.

1 comentario:

  1. Detras de algo malo siempre habrá algo bueno, detrás de una tormenta siempre habrá un arcoiris y detras de la tristeza siempre habrá felicidad.

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