Has llegado a la conclusión de que no eres una persona fuerte, al menos hoy no, pero no puedes evitar intentar y querer al menos parecerlo. Pero ahora has avanzado en tus cavilaciones hasta tal punto de plantearte para quién estás aparentando serlo. Quiero decir; a quién le va a importar si tú eres fuerte o no. Qué fin tiene fingir. Te levantas un sesenta por ciento de las mañanas del año alegando que vas a llorar si te apetece, que vas a decir que las cosas no van bien si te preguntan, y luego llevas a casa y no derramas ni una sola lágrima para que ni tú misma te veas llorando y te dices a ti misma que todo va bien, todo va bien...
Tú piensas que no eres una persona fuerte por no poder no sentirte nunca triste, sin darte cuenta de que la mayoría del tiempo consigues no estarlo, aunque tú quisieras que fuera siempre. Piensas que no eres fuerte porque te dan ganas de llorar, pero es que llorar no es de débiles. Yo pienso que eres una persona fuerte, porque piensas que no lo eres, y aún así sacas fuerzas para intentar serlo.
-A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Significa mucho para mí que tomes tiempo para leer el blog, muchoselefantesdelasuerte para ti