Las madrugadas se hicieron para pensarte. Y maldita sea. Estamos hechos para ser rotos, ¿verdad? Y recomponernos a ratitos. Dejar que alguien nos recomponga temporalmente y luego nos vuelva a romper, y así siempre. Y me río, porque nos
quejamos de lo que duelen los portazos de despedida, como si no
doliesen más las personas que salen de nuestra vida sin hacer ningún ruido. Y dicen que si no sangra no es una herida, pero las heridas más grandes que tengo no me han sangrado, y bien que han dolido. Aunque bueno, todo se cura, es solo cuestión de tiempo que no tienes. Qué mundo de locos.
-a.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Significa mucho para mí que tomes tiempo para leer el blog, muchoselefantesdelasuerte para ti